La flora intestinal no es más que una serie de bacterias conocidas como microbiota que viven dentro de nuestro intestino. Estas bacterias son más que necesarias, ya que colaboran durante la digestión en la descomposición de los alimentos que ingerimos. Además, también permiten a nuestro organismo absorber los nutrientes de los alimentos o la obtención de recursos como la serotonina para el funcionamiento de nuestro cerebro.
Estas bacterias se alimentan de los alimentos y/o sustancias que ingerimos. Es por ello, que la flora puede verse afectada de forma negativa con la ingesta de determinadas sustancias como antibióticos.
Es importante mantener una flora intestinal saludable, ya que su papel es clave para un sistema inmune y generar vitaminas K y B, relacionadas con la salud mental.
Alimentos ricos en prebióticos y probióticos ayudan a la recuperación y el equilibrio de la flora intestinal.
Los prebióticos sirven de alimento para las bacterias buenas y favorecen la aparición de lactobacilos y bifidobacterias en el colon. Alimentos ricos en prebióticos son los plátanos, las alcachofas, el tomate, el trigo integral, las cebollas o el puerro.
Por otro lado, los probióticos son organismos vivos que consiguen repoblar nuestra flora. Los podemos encontrar en productos fermentados ya que han sido sometidos a un proceso de acción por determinados microorganismos presentes originariamente en el alimento.
Los alimentos ricos en probióticos más comunes son los siguientes:
Frutos secos
Los frutos secos como las nueces, las almendras, los pistachos o las pipas de calabaza son ricos en polifenoles, especialmente en eligataninos.
Estos productos tienen beneficios antioxidantes y antiinflamatorios en la pared intestinal. Además, es importante consumirlos en crudo para no disminuir los polifenoles.
Cacao puro
El cacao puro es otro de los alimentos con alto contenido en polifenoles. No solo ayuda al crecimiento de lactobacilos y triptófano, que contribuyen al bienestar del intestino y el estado mental, sino que el cacao puro es uno de los mejores cardioprotectores.
Hongos
Algunos hongos como el Shiitake son fuente de vitamina D, zinc, selenio y betaglucanos. Su consumo frecuente ayuda a la activación del intestino favoreciendo la estimulación del sistema inmunológico, el crecimiento de la flora beneficiosa y el control de cepas perjudiciales.
Algas
Algunas algas como el alga espirulina, la clorella o el alga kombu, están consideradas como unos superalimentos excepcionales con grandes beneficios para la microbiota.
Kefir
Esta bebida de leche fermentada, similar al yogur, obtenida de la combinación de bacterias y levaduras cuenta con propiedades probióticas superiores al yogur convencional. Aporta gran cantidad de microorganismos.
Se trata de una bebida apta para todo el mundo, ya que puede elaborarse con cualquier tipo de leche como cabra, oveja, vaca, soja, arroz o coco, e incluso puede elaborarse a base de agua.
Chucrut o Kimchi
El chucrut y el kimchi son preparaciones culinarias a base de verduras, que han sufrido el proceso bacteriano de fermentación. Son extremadamente ricos en nutrientes y probióticos naturales.